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Este blog aborda los descubrimientos de planetas desde una perspectiva amena y sencilla, pero siempre precisa y contrastada, para una lectura agradable.

26 julio, 2009

"El Gran Telescopio CANARIAS obtiene la imagen más profunda de la zona donde reside una posible estrella de neutrones en la Vía Láctea"

"El Gran Telescopio de Canarias obtiene la imagen más profunda de la zona donde reside una posible estrella de neutrones en la Vía Láctea"

Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía barajan también la posibilidad de que se trate de un estallido cósmico de rayos gamma en una galaxia muy lejana

Magnetar o estallido de rayos gamma, el Gran Telescopio CANARIAS (GTC) ha conseguido la mejor imagen de un fenómeno cósmico que sorprendió a la comunidad astrofísica a principios de este mes. Tras apuntar el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo hacia la fuente en una observación de urgencia, investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) del CSIC no descartan la posibilidad de que la fulguración provenga de una estrella de neutrones –magnetar- localizada en nuestra propia Vía Láctea.
Alberto J. Castro-Tirado, investigador principal de estas observaciones con el GTC, recibió la posición aproximada del objeto por SMS a partir de la detección de rayos gamma del satélite Swift. Las primeras observaciones fueron realizadas por el telescopio estadounidense Pairitel y el japonés Subaru, ubicados en Arizona y Hawaii, donde aún era de noche. “Al principio todos pensamos que se trataba de un estallido de rayos gamma más, de esa especie de aullido que emiten los agujeros negros recién nacidos en galaxias muy lejanas”, explica Castro-Tirado. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando un análisis más cuidadoso de los datos desveló una periodicidad, en torno a los ocho segundos, que jamás se había visto en los varios miles de estallidos detectados desde los años 70.
Para resolver la incertidumbre, su equipo decidió usar parte del tiempo asignado al mismo y apuntar el GTC durante 35 minutos, con la ayuda del personal del telescopio, hacia la fuente emisora. “Queríamos ‘ver’ lo más profundo que nos fuera posible con el telescopio más grande del mundo”, destaca el astrofísico, que consiguió una imagen de magnitud 25.5, es decir, el equivalente a multiplicar por 60 millones de veces la visión que el ser humano es capaz de alcanzar bajo un cielo de excepcional calidad astronómica como el del Observatorio del Roque de los Muchachos.
Tras las observaciones, el equipo del IAA duda de que se trate de una explosión de rayos gamma en una galaxia relativamente cercana, pues el hecho de que el GTC no detectase una galaxia anfitriona y que las oscilaciones de la fuente ronden los ocho segundos, apuntan a que podría ser una candidata a magnetar en la Vía Láctea, una estrella de neutrones aletargada durante más de 30 años que ha podido emitir esa intensa fulguración durante un reajuste de su corteza o de su campo magnético, de los más potentes que existen en el Universo. Tampoco se descarta la posibilidad de que la fuente resida en una de las galaxias más lejanas del Universo, a una distancia de miles de millones de años luz. En la consecución de estos resultados científicos han participado además el investigador principal de OSIRIS, Jordi Cepa, y el astrónomo del GTC, Carlos Álvarez.


Redactado por: Alberto J. Castro-Tirado
Fuente: iac.es
Publicado por Ivan Güixens

25 julio, 2009

Francisco Sánchez


"La mayor dificultad con el GTC ha sido la credibilidad"

El Gran Telescopio de Canarias es ya una realidad. Buena parte de los objetivos están cumplidos, pero Francisco Sánchez (Toledo, 1936) aspira, desde el IAC, a que el supertelescopio europeo de 42 metros (el E-ELT) se construya también en el Roque de los Muchachos. Y otra aspiración más material: que las administraciones implicadas en el GTC (estatal y autonómica) “terminen de cerrar el compromiso económico plurianual”.


-¿Qué papel juega el GTC en el Observatorio Norte Europeo?
-Con la entrada en servicio del Gran Telescopio Canarias (GTC) los observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que constituyen de hecho el European Northern Observatory, se sitúan en primera línea mundial de la observación astronómica.El GTC, con una superficie colectora de casi diez metros y medio de diámetro, es el mayor y más avanzado telescopio óptico-infrarrojo del momento.

-¿Qué metas se han fijado para proyectar el GTC?
-La primera es dotar a la comunidad astronómica española de un instrumento muy competitivo y propio. No olvidemos que en España su pujante astrofísica se ha desarrollado, hasta este momento, tirando con pólvora de otros, usando telescopios extranjeros emplazados en su territorio. La segunda sería mantener los observatorios de Canarias entre los primeros del mundo. Lo que exigía tener en ellos telescopios de última generación como el GTC. Finalmente, estimular a la industria española hacia la tecnología más avanzada.

-¿Qué dificultades han encontrado a la hora de llevar a cabo el proyecto del GTC?
-El reto tecnológico era enorme, pues nunca nos habíamos puesto a realizar un proyecto de la llamada “gran ciencia”, pero las mayores dificultades, aunque parezca mentira, las hemos encontrado en la credibilidad. Ni fuera ni dentro del país creían que fuésemos capaces de hacer una máquina así. Resultó un calvario romper prejuicios y recelos, para lograr que nuestros políticos, que son quienes en España tienen las llaves de los fondos para I+D, se atreviesen. Hasta 1999 no figuró el proyecto en los Presupuestos Generales del Estado, pero ya en el 2000 el Príncipe de Asturias estaba poniendo su “primera piedra” en el Observatorio. Los socios extranjeros (México y Estados Unidos) no formalizaron su participación, con un 5% cada uno, hasta un año después.

Instrumentación focal
-Son los instrumentos Osiris y CanariCam los que marcan la diferencia tecnológica?
-La instrumentación focal determina la ciencia de cualquier telescopio. Los instrumentos de “día uno” del GTC ofrecen capacidades únicas, que son la imagen con filtros sintonizables de OSIRIS y la espectro polarimetría y coronografía de CanariCam. Claro que sin unos cielos como los de las cumbres de Canarias y un telescopio como el GTC de nada servirían.

-¿Qué aportarán los futuros instrumentos EMIR y FRIDA?
-Estos son instrumentos de segunda generación que, aunque ya se están construyendo, llegarán al telescopio dentro de unos años. EMIR será el espectrógrafo multiobjeto infrarrojo más potente del mundo. Podrá multiplicar por 50 la capacidad de los actuales y obtener espectros de objetos muy débiles. Por ejemplo, de estrellas enanas marrones (al límite de la combustión del Hidrógeno) de nuestra galaxia, o de galaxias tan lejanas que su luz fue emitida cuando el universo tenía tan sólo un 20% de la edad actual. FRIDA, con su “óptica adaptativa”, permitirá observar al GTC en el infrarrojo casi en su límite de difracción, proporcionando imágenes de las regiones de formación estelar en galaxias lejanas con una calidad equivalente a la del telescopio espacial Hubble. Será, también, muy útil, entre otras cuestiones, para el estudio de las zonas más internas de las regiones donde se están formando nuevas estrellas.

-¿Cómo serán las colaboraciones con otras instituciones, en especial las de EEUU y México, socios del proyecto?
-No hace falta hablar del futuro, ya en estos momentos tenemos fructíferas colaboraciones abiertas con instituciones de todo el mundo en relación al GTC, y no sólo con nuestros socios. La cooperación científica se realiza principalmente a través de proyectos de observación llevados a cabo por grupos multinacionales. Nosotros promovemos siempre el intercambio de personas, en especial de astrofísicos jóvenes. Hay que destacar la especial colaboración que se ha establecido con Europa mediante el uso del tiempo de observación del GTC y el técnico, que sirvió como pago en especie de España por nuestra entrada en ESO (European Southern Observatory).

-¿Puede decirse que el GTC está a punto de dar sus primeros resultados científicos?
-De hecho ya hay grupos que, con los primeros datos del GTC, están a punto de publicar trabajos que van desde la observación del mayor “brote de rayos gamma” visto nunca al estudio de la mancha fría del “fondo cósmico de microondas”. También destacaría la ecuación de estado de la “energía oscura” y la caracterización de atmósferas de planetas extrasolares.

Astronomía evolutiva
-Según esto, ¿qué retos tiene la astrofísica para los próximos años?
-El interés que subyace actualmente en la astronomía es marcadamente evolutivo. Queremos conocer no sólo cómo es el universo en su conjunto y en detalle, sino también cómo ha evolucionado desde sus orígenes hasta la vida. Queremos saber cómo funciona todo. Lo cierto es que en la enorme inmensidad del cosmos todo está en movimiento, no encontramos nada estático ni eterno, todo está en evolución. Dicho esto, se pueden pormenorizar los retos hasta llegar a detalles como la “materia oscura”, la “energía oscura” o la búsqueda de vida extraterrestre en exoplanetas, por poner algunos ejemplos.

-¿Podrá la tecnología desvelar las condiciones de vida de algunos planetas sin necesidad de llegar a ellos?
-Entendemos que esto es posible, aunque no sea ni fácil ni inmediato. Se necesitan nuevos y más potentes instrumentos para poder observar en las cercanías de estrellas, lo que no es nada trivial. Observar planetillas como el nuestro en torno a otras estrellas es como tratar de distinguir una cerilla encendida en el arrabal de una megaciudad que está ardiendo por los cuatro costados. Con observaciones espectroscópicas y polarimétricas se pueden detectar trazadores de vida (elementos asociados a la presencia de la vida que conocemos, como agua, metano, oxígeno, etc.). Todo parece cuestión de construir mejores telescopios para tierra y espacio.

-¿Nos dará la astrofísica las claves del origen del hombre?
-La antropología nos dice que nuestra especie surgió en áfrica y ha ido evolucionando durante millones de años. En un contexto más amplio, la astronomía ha estado dando claves desde Copérnico y mucho antes. Gracias a esta ciencia sabemos que el hombre es un ser vivo, habitante de un planeta menor de una estrella normal más, que no está en el centro de nada, que pertenece a una galaxia que tampoco está en el centro de nada, etc. Pienso que la astrofísica nos ubica. La astrofísica también estudia la química del medio interestelar, de donde nacen los sistemas planetarios, y donde se producen las moléculas orgánicas que forman los bloques básicos de la vida.

Apuntes sobre el origen
-¿Estamos hechos de la misma materia que el universo?
-Bueno, sabemos que somos polvo de estrellas. Que los elementos de los que estamos hechos son reciclados, y que se han producido en el interior de alguna estrella anterior a nuestro Sol, que murió regando el medio interestelar de su material y que terminó por dar origen a nuestro Sistema Solar. Sabemos, además, que los seres vivos están hechos de la misma materia que los objetos no vivos: elementos muy comunes como el hidrógeno, carbono, oxígeno, nitrógeno, azufre y poco más. Un átomo de carbono de nuestro cuerpo es exactamente igual a uno de un diamante o al de una nube interestelar. La diferencias vienen de tener los seres vivos sus átomos organizados de forma diferente a como lo están en una estrella o una piedra, y esa organización se mantiene consumiendo continuamente energía y nutrientes del entorno. La energía es necesaria para mantener las estructuras y para fabricar cosas (termiteros, ciudades, ideas o hijos). Todo esto lo sabemos ya que es algo muy general: en el universo se fabrican espontánea- mente estructuras complejas que también consumen energía y se autoorganizan, sean éstas una galaxia o un huracán.

Redactado por:
Javier LÓPEZ REJAS

Fuente: elcultural.es

23 julio, 2009

El Gran Telescopio Canarias, una «herramienta» de alta precisión que ayudará a conocer mejor nuestra galaxia.

¿Cómo son los contornos del universo?, ¿finitos?, ¿infinitos? El planeta Tierra pertenece a la Vía Láctea. La Vía Láctea es una galaxia con 200.000 millones de estrellas. En el universo hay más de 500.000 millones de galaxias.

«La vocación de la ciencia consiste en resolver todos los enigmas que plantea la razón humana, pero esto es un ejercicio lento y lleno de dificultades», explicó a COLPISA el astrónomo Alberto Castro-Tirado, uno de los grandes conocedores del Gran Telescopio Canarias (GTC), el más avanzado instrumento óptico infrarrojo del mundo.

La pieza, de enorme precisión, será inaugurada este viernes en la isla de La Palma por los Reyes y por la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia. Al acto asistirán más de 500 astrónomos de todo el mundo.

Compuesto por 36 elementos y un espejo de vitrocerámica de 10,4 metros de diámetro, el telescopio «tiene una gran capacidad colectora de luz, lo que permitirá conocer mejor nuestro sistema solar y los sistemas extrasolares», explicó Castro-Tirado. Además de estas virtudes escrutadoras, el astrónomo malagueño subrayó la importancia de que se haya fabricado con tecnología española.

«Situarnos en los puestos de cabeza de la vanguardia tecnológica es fundamental para nuestra economía y para el futuro de las investigaciones en nuestro país».

El GTC apuntó por primera vez al firmamento el 13 de julio de 2007 en un acto presidido por el Príncipe de Asturias. Su «bautismo de luz» fue seguido por más de 12.000 internautas de todo el mundo.

Desde entonces, científicos y astrofísicos han desarrollado diversos programas de observación, todos encaminados al estudio de planetas más allá del sistema solar y a la búsqueda de galaxias primigenias. Una de las imágenes más espectaculares que ha captado el GTC pertenece a la galaxia Remolino, localizada a 23 millones de años luz de la Tierra.

El telescopio, de 500 toneladas de peso, se maneja «como una pluma y ocupa lo que una catedral», comentó el director del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), Francisco Sánchez. «Tiene capacidad para alcanzar los lugares más remotos del universo».

El ojo que todo lo ve

Situado en el observatorio de El Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, el GTC ha costado 130 millones de euros.

Su construcción fue financiada por el Gobierno y por la comunidad autónoma de Canarias (a través de la empresa pública Grantecan). En esta aventura científica han participado también dos instituciones mexicanas (la Universidad Autónoma de México y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica), la Universidad de Florida en EEUU y la Unión Europea con los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder).

Castro-Tirado no descarta que haya «algún tipo de vida» en otro planeta. «Sería muy presuntuoso por nuestra parte creer lo contario».

Lo que le cuesta admitir es que haya extraterrestres que se dediquen a surcar nuestros cielos. «Los llamados objetos voladores no identificados son perfectamente explicables», asegura.

«El pasado 5 de julio, a las diez y media de la noche, atravesó la meseta castellana un 'bólido', un objeto que los ufólogos no dudarían en calificar de ovni, pero el tal ovni no era otra cosa que un meteorito».

El astrónomo andaluz dice que la ciencia anula muchas veces a la fantasía, pero «ese es nuestro trabajo», un trabajo «del que se beneficia toda la humanidad».

Redactado por: Tomás García Yebra | Colpisa

Fecha de publicación: 23/7/2009

Fuente: lavozdegalicia.es

En el camino hacia los planetas habitables fuera del Sistema Solar

Hace unos 15 años, la Astrofísica inició una pequeña revolución. Michel Mayor y Didier Queloz anunciaron, en 1995, el descubrimiento del primer planeta orbitando una estrella normal distinta a nuestro Sol. El estudio de estos llamados exoplanetas se ha convertido en una disciplina tremendamente activa y son muchos ya los astrónomos, y muy especialmente jóvenes investigadores, que se dedican a descubrir y comprender estos mundos lejanos. Gracias a ello, nuestros conocimientos han crecido espectacularmente en los últimos años.

Estamos en la fase más rápida de la curva de aprendizaje. Ahora sabemos que muchos de estos exoplanetas orbitan muy cerca de sus estrellas, a distancias tan próximas que la duración de su año es tan sólo de unos pocos días de nuestra Tierra y su temperatura es de hasta 2000 grados centígrados. Otros planetas tienen órbitas tan elípticas que pasan rozando a su estrella y después se alejan a enormes distancias. Algunos de ellos son tan livianos que flotarían en el agua... Un sinfín de misterios en los que la teoría camina dos pasos por detrás de la observación.

Todos estos descubrimientos, que sitúan hoy en día en unos 350 los exoplanetas conocidos, han sido mayormente posibles gracias al uso de técnicas indirectas. No es difícil imaginar que un planeta situado junto a su estrella, millones de veces más brillante, sea muy difícil de distinguir. Por ello el descubrimiento se basa en el efecto que un planeta tiene sobre la estrella a través de minúsculos cambios en su posición, velocidad o brillo. Un salto tecnológico a principios de la década de los noventa permitió detectar esta pequeña huella que deja el planeta y abrir la puerta a un nuevo horizonte de descubrimientos. Más recientemente, en noviembre de 2008, se dio otro salto de gigante al anunciarse el hallazgo de distintos exoplanetas a través de imágenes. Se trata de planetas gigantes en órbitas muy separadas de sus estrellas pero constituyen el primer paso hacia un sueño: ver los exoplanetas directamente para estudiarlos en detalle.

Vivimos ahora un momento esencial para la investigación en exoplanetas. Los progresos han sido tan formidables que tenemos al alcance de nuestras manos el objetivo anhelado de descubrir y caracterizar exoplanetas de tipo terrestre que sean habitables y, tal vez, habitados. Esto significa que se trate de planetas con una masa inferior a unas diez veces nuestra Tierra y situados en órbitas que permitan la existencia de agua líquida en la superficie, es decir, con una temperatura entre 0 y 100 grados centígrados. A pesar de parecer una utopía, no estamos muy lejos. Se conocen ya una decena de estos pequeños planetas de tipo terrestre e incluso uno de ellos podría orbitar dentro de la zona de habitabilidad de su estrella. Se trata de Gliese 581d, el primer planeta potencialmente habitable.

También se han hecho avances enormes en el campo de la caracterización aunque, por ahora, de exoplanetas del tipo denominado Júpiter caliente, es decir, planetas gigantes en órbitas muy próximas a sus estrellas. Usando medidas precisas de la disminución de brillo de la estrella cuando el planeta cruza por delante de su disco se han conseguido determinar la mayor parte de las propiedades del planeta, como su tamaño, temperatura y densidad, pero también los primeros indicios de moléculas en su atmósfera. Este es el caso del vapor de agua, metano o dióxido de carbono. Aquí cabe reflexionar por un instante: ¡Somos ya capaces de observar la composición química de la atmósfera un planeta a decenas o centenares de años luz de nosotros! Es algo que hace tan sólo unos años no hubiera parecido más que ciencia ficción.

El paso siguiente será reunir toda esta experiencia para iniciar la búsqueda de vida. Afortunadamente para nuestras expectativas, la presencia de vida en la superficie de un planeta puede alterar significativamente la composición química de su atmósfera. Ha sucedido en la Tierra y sigue ocurriendo hoy en día. Así, la mezcla de gases que componen nuestra atmósfera no se puede explicar sin la intervención de una biosfera. Este es el caso, por ejemplo, del oxígeno y el metano, que no pueden convivir sin destruirse mutuamente. En pocas palabras, ciertas combinaciones de compuestos se consideran biomarcadores y se pueden emplear para una detección remota (e indirecta) de vida.

El camino a seguir, pues, está claro: descubrir planetas terrestres situados en la zona habitable, caracterizarlos, estudiar la composición de sus atmósferas y buscar biomarcadores. Esta perspectiva tan alentadora ha cristalizado en la celebración de un congreso internacional en Barcelona (CosmoCaixa) durante los próximos días 14 al 18 de septiembre, que lleva por título Pathways towards habitable planets. Durante estos días se reunirán reconocidos expertos en el tema así como representantes de las principales agencias espaciales y observatorios desde tierra para discutir y establecer la hoja de ruta que debe llevarnos a la consecución de este objetivo. Sin duda, semejante empresa requerirá de una colaboración a nivel global. Si las expectativas se cumplen, en unas pocas décadas deberíamos poseer la tecnología para detectar planetas habitados más allá de nuestro Sistema Solar. Esperemos que el resultado sea positivo y que la Galaxia esté rebosante de vida. Una prueba más de nuestra pequeñez en el Universo.

Ignasi Ribas es Investigador del CSIC y del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC)


Fuentes: Astroidea y ELPAIS.com

22 julio, 2009

El nacimiento de las estrellas y los sistemas exoplanetarios

Larga ha sido la espera. Pero, finalmente, el telescopio español de 10 metros de diámetro Gran Telescopio Canarias (GTC) está aquí, funcionando, haciendo aquello para los que fue concebido: ciencia de gran calidad, extendiendo los horizontes del conocimiento científico, en particular en los campos de la formación estelar y el estudio de los sistemas exoplanetarios.

El GTC, localizado a unos 2.400 metros de altura en la isla de La Palma, es el último de los telescopios de clase 8-10 metros. Ya existen un buen número de ellos funcionando en diferentes observatorios astronómicos, entre los que se pueden destacar los Very Large Telescopes en Chile, los Gemini (uno en Chile y otro en Hawai), el telescopio nacional japonés Subaru y los Keck (estos tres últimos también en Hawai). Y, aunque GTC llega el último a esta emocionante carrera científica, precisamente por ello presenta una serie de ventajas de las que muchos de sus competidores carecen: desde la automatización de varios de sus sistemas de control como la instrumentación que ya tiene y la que podremos disfrutar en un futuro próximo.

El disco de la estrella

El disco de la estrella Fomalhaut, oculta por un coronógrafo, visto por el HST.- NASA y ESA

Para estudiar el arco iris

Durante sus primeros años de operaciones científicas, GTC dispondrá de dos instrumentos cuyas características los hacen unas herramientas extraordinarias, únicas. El primero, OSIRIS, trabaja en el rango óptico (es decir, la luz que podemos ver) y por su versatilidad permite cubrir una extensa cantidad de problemas científicos. Entre sus características específicas destacan la capacidad de tomar imágenes y espectros (el arco iris es un ejemplo cotidiano) con una alta cadencia, con el objetivo de poder estudiar fenómenos que varíen muy rápidamente, así como la capacidad de usar filtros sintonizables: la selección de rangos espectrales muy específicos según las necesidades del observador. Estas propiedades hacen que sea un instrumento muy adecuado para el estudio de diferentes procesos de formación estelar, tales como la expulsión de flujos de materia, que puede acontecer durante los primeros estadios de la formación de una estrella, o como de los discos protoplanetarios. Además, es incluso posible que GTC pueda obtener, mediante la combinación de sofisticadas técnicas, un espectro de transmisión de algún exoplaneta. Esto es, la impronta que la atmósfera del mismo deja sobre la luz que nos llega desde la estrella central cuando áquel cruza su disco. Esta es una complicada técnica que solo se ha conseguido realizar con éxito usando telescopios en órbita, que son mucho más estables debido a la ausencia de la variabilidad introducida por la atmósfera terrestre, o recientemente en el rango infrarrojo, donde el contraste entre la emisión de la estrella y el planeta es menor, y por lo tanto el estudio moderadamente más simple.

Astro

Parte del sistema planetario presente alrededor de la estrella HR8799, un astro bastante joven con una masa 1.5 veces la del Sol y que al menos posee tres exoplanetas, de varias veces la masa de Júpiter, orbitando a gran distancia de la estrella (15, 40 y 70 unidades astronómicas, la que media entre el Sol y la Tierra).- GEMINI OBSERVATORY

Enanas marrones

El segundo instrumento de primera generación es CanariCam, un sencillo, en apariencia, hexágono metálico de reducido tamaño y gran potencial. CanariCam trabaja en el rango del infrarrojo térmico, en donde el ojo es ciego, pero en el cual numerosos fenómenos astrofísicos son observables. En particular, todos aquéllos que están relacionados con la emisión de energía por materia que está a una temperatura baja (una estrella, con una temperatura superficial de miles de grados, emite radiación primordialmente el rango visible, en tanto que el polvo que la puede rodear, con una temperatura mucho más baja, lo hace en el infrarrojo o en ondas de radio submilimétricas). Por tanto, CanariCam será capaz de estudiar fenómenos relacionados con la formación estelar, entre otros, y los procesos iniciales que dan lugar a la generación de los sistemas planetarios. CanariCam es el instrumento más sensible desarrollado y construido hasta la fecha, y nos permitirá traspasar la "neblina" causada por la condensación de polvo y gas presente alrededor de estas nuevas generaciones de estrellas y planetas. Por tanto, seremos capaces de ver en directo cómo se ensamblan e interactúan dinámicamente los sistemas múltiples de estrellas, incluyendo aquéllos que contienen enanas marrones, que son objetos de apariencia estelar, pero que por su reducida masa no son capaces de iniciar las reacciones termonucleares que proporcionan energía a sus hermanas mayores. Además, las enanas marrones, por la similitud de sus propiedades con las de los planetas gigantes del Sistema Solar y aquéllos que orbitan alrededor de otras estrellas, nos permiten hacer estudios detallados sobre las características comunes que de otra manera serían impensables debido a los desafíos tecnológicos y al brillo intrínsecamente bajo de un exoplaneta, y al contraste paupérrimo entre la luz del mismo y de su estrella central. Como analogía, sería como observar la luz de una vela en la distancia: fácil en mitad de una habitación oscura, imposible a plena luz del día, o cuando está situada junto a una fuente brillante de luz.

Además, CanariCam tiene un modo de operación verdaderamente único: un coronógrafo. Éste es un pequeño dispositivo que bloquea la luz de la estrella central y por tanto facilita enormemente el estudio de compañeras cercanas, más débiles, sean éstas estrellas de muy baja masa, enanas marrones, exoplanetas o discos circunestelares, que dan lugar a la formación de aquéllos. Por tanto, su uso combinado con la observación en el rango del infrarrojo térmico o medio nos permitirá, por primera vez, disponer de una ventana a los procesos que ocurren en las proximidades de las estrellas muy jóvenes y a los primeros momentos de la creación de sistema planetarios, cruciales para la evolución ulterior de los mismos.

Sin lugar a dudas, GTC, una de las joyas tecnológicas españolas (en colaboración con México y la Universidad de Florida), será crucial y provocará, en combinación con otras herramientas científicas, una verdadera revolución en estos campos.

David Barrado y Navascués es miembro del Laboratorio de Astrofísica Estelar y Exoplanetas del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y de la Sociedad Española de Astronomía.


Escrito por: DAVID BARRADO Y NAVASCUÉS
22/07/2009

Fuente de la noticia: ELPAIS.com




21 julio, 2009

Discos protoplanetarios en Ofiuco

Los astrónomos encontraron discos protoplanetarios, alrededor de tres jóvenes estrellas, que tienen agujeros centrales, zonas "limpias" de material, quizás por la existencia de protoplanetas.
9 discos protoplanetarios

No es la primera vez que las observaciones sugieren la existencia de agujeros o vacíos en los discos de gas y polvo alrededor de estrellas recién nacidas. En este caso, se presumía que uno de los tres discos estudiados debía tener un vacío gracias a las observaciones del Telescopio Espacial Spitzer. Pero la evidencia era indirecta, ya que lo que se había medido era la ausencia de radiación de corta longitud de onda que debería ser emitida por el cálido polvo cercano a la estrella.

En un nuevo estudio, Sean Andrews (del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian) y colegas, proveen una imagen de ese vacío. El equipo usó el interferómetro Sub-Millimeter Array en Mauna Kea para formar imágenes con una resolución de 0,3 segundos de arco, suficiente para mostrar agujeros con un radio de 40 unidades astronómicas a la distancia a la que se encuentran las estrellas, unos 400 años luz, en la constelación Ofiuco. Se trata de la región de formación estelar activa más cercana a la Tierra.

Discos protoplanetarios
Los investigadores estudiaron nueve discos y encontraron que tres hospedan grandes cavidades centrales. Los discos son más grandes que nuestro sistema solar y los agujeros centrales tienen al menos el tamaño de la órbita de Neptuno. "Necesitas algo de la masa de Júpiter para limpiar eso", indicó Andrews.
De hecho, la materia faltante podría ser un planeta gigante o varios, quizás un enjambre de rocas, o bien una estrella compañera. Bien podría tratarse de una enana marrón, difícil de observar, por ejemplo.
Encontrar un planeta totalmente formado en un disco de unos pocos millones de años sería una gran noticia. Los teóricos suponen que el proceso de formación planetaria, que implica colisiones y acreción, toma unos 10 millones de años para convertir al polvo y rocas en planetas y limpiar un disco protoplanetario. Hallar grandes cavidades o huecos de material, implicaría la posible existencia de planetas en formación. Por otro lado, las inestabilidades gravitacionales en el disco podrían actuar más rápidamente, formando una compañera como una enana marrón.
De los nueve discos, los tres con hoyos parecen ser justamente los más antiguos.

La importancia del estudio radica en ampliar nuestro conocimiento sobre las estructuras protoplanetarias, su distribución espacial y demás características, que permitan entender mejor los mecanismos de formación de planetas y estrellas.

El material en alrededor de un disco, en unos 10 millones de años, debería dispersarse al medio interestelar o incorporado a grandes cuerpos de un sistema planetario en ciernes. A través de ese tiempo, la fuerza de gravedad fuerza una redistribución espacial del material y los granos de polvo se establecen en el plano medio del disco y se van agregando para construir cuerpos mayores. Si el proceso continúa, esos cuerpos pueden influenciar dinámicamente el material remanente del disco a través de la acreción y la creación de grandes cavidades. Todo este mecanismo es influído por la distribución espacial de la masa, la densidad de la estructura, del disco de material. De allí que los investigadores quieran investigar grandes discos alrededor de estrellas cercanas.

Los discos estudiados en este caso son AS 205, en la parte exterior norte de las nubes de Ofiuco es un sistema jerárquico triple compuesto por una estrella K5 (AS 205 A) y una binaria (AS 205 B) que son estrellas tipo K7/M0 (ver Nota debajo); GSS 39, es una pesada y rojiza estrella M0; AS 209 es una joven estrella K5; DoAr 25 es otra K5; WaOph6 es una estrella K6; VSSG 1 es una estrella M0 en la nube L1688; SR 21 es una estrella G3; WSB 60 es una fría M4; DoAr44 es una joven K3. De los discos de estas nueve estrellas, tres parecen hospedar cavidades centrales, asociadas con la posible formación de planetas. Se trata de SR 21; WSB 60 y DoAr 44.

Nota: Las estrellas se clasifican según su tipo espectral. De las tipos más grandes a la clase de estrellas más pequeñas la clasificación es; O, B, A, F, G, K, M. Las estrellas de los discos estudiados son estrellas K o M, es decir, las más pequeñas y menos luminosas. Nuestro Sol es una estrellas tipo G. Dentro de cada tipo, se realizan subdivisiones, otorgándoles números. Así, tenemos K5, K6, M0, etc.

Fuentes y links relacionados



Sobre las imágenes
Imágenes de SMA de los nueves discos. Nótese el disco alrededor de AS 205B (en el primer recuadro), así como las cavidades detectadas en tres discos (SR 21; WSB 60 y DoAr 44.)
Crédito: Sean Andrews et al.

Imágenes de los tres discos planetarios por SMA. Cada disco se acompaña de una elipse arriba a la derecha que muestra el tamaño de la órbita de Neptuno, para comparación. Las elipses de abajo a la izquierda muestran la resolución de la imagen.


Crédito: Sean Andrews

¿Cómo comenzaríamos un diálogo con otras civilizaciones?

Llamando a todos los Marcianos
Lunes, 14 de Abril de 1952

¿De qué forma iniciarán los terrícolas una conversación con los habitantes de otros planetas? La semana pasada Lancelot Hogben*, (Miembro de la Royal Society), autor del libro más vendido de 1936 ‘Matemáticas al alcance de todos’, pronunció una conferencia ante la Sociedad Británica Interplanetaria, la cual considera tales cuestiones con solemnidad científica.

Se supone, dijo Hogben, que los Vecinos Extraterrestres pueden percibir o registrar radiación de alguna parte del espectro electromagnético (luz, calor, ondas de radio, etc.) También se supone que la Tierra puede enviar tal radiación con suficiente potencia como para alcanzar los planetas más cercanos. Después de todo, hay ondas de radio que están siendo emitidas a la Luna de forma rutinaria y sus débiles reflexiones, devueltas a la Tierra, son escuchadas fácilmente.

Las Primeras Palabras. Pero, ¿qué pueden decir los terrícolas para que sus Vecinos Extraterrestres los entiendan? Comencemos, dijo Hogben, con una pequeña charla sobre los números, cuyas propiedades no varían de un planeta a otro. La mayoría de los sistemas numéricos (Románo, Chino, Maya) evolucionaron de simples marcas de conteo. Una marca era para “uno”; dos marcas para “dos”, etc. Probablemente los Vecinos atravesaron por una etapa similar en su temprano desarrollo intelectual y tienen registros de esto. De esta manera, el primer mensaje de Hogben al espacio sería una ecuación simplificada de números romanos:
“I más II más III igual a IIIIII.” Los números son palitos (trazos simples repetidos), y el signo más y el signo igual son “flases”. Por flases Hogben se refiere a grupos de señales de radio reconocibles, bastante parecido a las letras del código Morse.

Una vez que los Vecinos han escuchado esta ecuación, repetida suficientemente a menudo, deberían entender su significado. Analizándola, pueden aprender las primeras pocas palabras del lenguaje interplanetario. Ecuaciones más complicadas les enseñarán más palabras. Algunas serán “operadores” (más, menos, veces), las cuales son muy parecidas a los verbos.

En la construcción de los números, Hogben señaló, los terrícolas no necesariamente usarán el sistema decimal, el cual tiene su origen en el hecho de que los humanos tenemos diez dedos. Ellos no pueden suponer que los Vecinos tienen diez dedos o algún dedo en absoluto, si vamos al caso. No obstante es necesario algún “sistema base”, así que sugiere basar los números de la Tierra no en diez sino en doce, lo que, en todo caso, es más manejable matemáticamente.

Hogben pone mucha más atención a la cuestión de un signo de interrogación. Si los Vecinos pueden ser inducidos a responder y tomar parte activa en la discusión, el proceso de enseñanza debería ser más fácil. También, la moral de los profesores debería mejorar, tan pronto como estén convencidos de que en sus clases se presta atención.

Noticias Interplanetarias. A enseñar a los Vecinos un sistema numérico Hogben lo llama su “curso de primer año”. Para su curso de segundo año trata de encontrar algún otro tópico que los terrícolas tengan en común con sus Vecinos. El mejor, cree él, es la astronomía. Los “Venusianos” (habitantes de Venus), que supuestamente viven por debajo de una atmósfera opaca, puede que no conozcan nada sobre el cielo, pero los Marcianos sí deberían. Su atmósfera es más limpia que la de la Tierra.

Par comenzar su curso de segundo año, Hogben retrocede de nuevo a los primeros días del desarrollo intelectual humano. El primer bloque de conocimiento científico que la mayoría de culturas acumuló fueron datos en el calendario (el aparente movimiento del sol) y el movimiento de los planetas. Así que los astrónomos humanos tendrían en primer lugar que elaborar las fechas de tales eventos tal y como ellos han experimentado en Marte. Enviar a través del espacio en el lenguaje de los números como “noticias interplanetarias,” que deberían ser fácilmente reconocidas por los Marcianos.

A la vez que el lenguaje interplanetario evolucione, se establecerán un conjunto de nuevos tópicos de conversación. El tema de la química puede ser abordado a través de las propiedades numéricas del espectro de las estrellas. Cuando el lenguaje se las pueda arreglar con la anatomía, los terrícolas conocerán el aspecto de lo Vecinos. Al final, en el momento en que la charla interplanetaria se convierta en algo común, cada individuo humano debería ser capaz de hacer amigos con individuos Marcianos. Podrán comparar sus ritmos de vida y de muerte. Podrán incluso comparar sus respectivas inteligencias jugando a un “ajedrez celestial” a través del vacío del espacio.


Fuentes:

Publicado en C.I.A.A. el 16/07/09
Traducido por Webmaster
Fuente
: TIME

Equipo espera usar nueva tecnología para buscar extraterrestres

Un astrónomo de la Universidad Johns Hopkins es miembro de un equipo que informó a los compañeros científicos sobre los planes de usar una nueva tecnología para aprovechar nuevas y recientes ideas sobre dónde buscar posible vida extraterrestre inteligente en nuestra galaxia.

Richard Conn Henry, profesor del Departamento de Física y Astronomía Henry A. Rowland en la Escuela de Artes y Ciencias Zanvyl Krieger de la Universidad Johns Hopkins, une fuerzas con Seth Shostak del Instituto SETI y Steven Kilston de la Henry Foundation Inc., en Silver Spring, Maryland, como comité de expertos para buscar una franja en el cielo conocida como plano de la eclíptica. Proponen usar el nuevo Conjunto de Telescopios Allen (ATA), operado en asociación por el Instituto SETI en Mountain View, California, y el Laboratorio de Radio Astronomía en la Universidad de California en Berkeley.

Constando de cientos de pequeños patos especialmente producidos que reúnen la electrónica miniaturizada moderna y las tecnologías innovadoras con el procesamiento por ordenador, el ATA proporciona a los investigadores la capacidad de buscar posibles señales de civilizaciones tecnológicamente avanzadas en cualquier parte de nuestra galaxia — si, de hecho, tales civilizaciones existen y están transmitiendo en esta dirección.

Emplear este nuevo equipo en una única y dirigida búsqueda de posibles civilizaciones mejora las opciones de encontrar una, de la misma forma que buscar una aguja en un pajar es más fácil si uno sabe aproximadamente dónde se dejó caer la aguja, dijo Henry, quien habla sobre la propuesta en la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana en St. Louis.

De acuerdo con los investigadores, el lugar crítico a busca es en la eclíptica, un gran círculo alrededor del cielo que representa el plano de la órbita de la Tierra. El Sol, viso desde la Tierra, parece pasar anualmente por este círculo. Cualquier civilización que esté en una fracción de grado de la eclíptica podría detectar anualmente el paso de la Tierra frente al Sol. Esta franja de la eclíptica comprende sólo aproximadamente un 3 por ciento del cielo.

“Si tales civilizaciones están allí fuera — y no sabemos si están — aquellas que habiten en un sistema estelar que esté cerca del plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, serán los más motivados para enviar señales de comunicación en dirección a la Tierra”, dijo Henry, “debido a que esas civilizaciones seguramente habrán detectado nuestro tránsito anual frente al Sol, diciéndoles que la Tierra está en una zona habitable, donde el agua líquida es estable. A través del análisis espectroscópico de nuestra atmósfera, sabrán que la Tierra probablemente albergue vida.

“Saber dónde buscar reduce tremendamente la cantidad de tiempo de radiotelescopio que necesitaremos para llevar a cabo la búsqueda”, dijo.

La mayor parte de los 100 mil millones de estrellas de nuestra galaxia de la Vía Láctea están situadas en el plano galáctico, formando otro gran círculo alrededor del cielo. Los dos grandes círculos se cortan cerca de Tauro y Sagitario, dos constelaciones opuestas en el cielo de la Tierra — áreas donde se concentrará la búsqueda inicialmente.

“La implicación crucial es que esta búsqueda dirigida en una parte favorecida del cielo — la franja de la eclíptica, para ser precisos — puede proporcionarnos una posibilidad significativamente mejor para detectar extraterrestres que cualquier otro esfuerzo de búsqueda anterior”, dijo Kilston.

Ray Villard del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, quien se unirá al equipo en sus observaciones, dijo que en noviembre de 2001, el STScI publicó observaciones del Telescopio Espacial Hubble de un planeta en tránsito y “se me ocurrió que una civilización alienígena a lo largo de la eclíptica probablemente estaría haciendo observaciones similares de la Tierra”.

“Una vez que hayan determinado que la Tierra es habitable, podrían haber iniciado el envío de señales”, dijo Villard.

Shostak de SETI apunta que el Conjunto de Telescopios Allen es ideal para los planes del equipo de búsqueda de toda la eclíptica a lo largo del tiempo, y no sólo las intersecciones de la eclíptica y el plano galáctico.

La presentación del equipo en la reunión de la AAS también explora posibles escenarios de la aparición de civilizaciones en nuestra galaxia.

“Estos modelos no son más que pura especulación. Pero hey … es educativo explorar las posibilidades”, dijo Henry. “No tenemos idea de cuántas — si es que alguna — otras civilizaciones hay en nuestra galaxia. Un factor crítico es cuánto dura una civilización – por ejemplo la nuestra - existiendo. Si, como en nuestros mejores deseos, la respuesta es mucho millones de años, entonces incluso si las civilizaciones son bastante raras, aquellos en nuestro plano de la eclíptica habrán sabido de nuestra existencia. Sabrán que la vida existe en la Tierra y tendrán la paciencia para lanzar un rayo fácilmente detectable de señales de radio (u ópticas) en nuestra dirección, si es necesario, durante millones de años con la esperanza, ahora hecha realidad, de que una civilización tecnológica aparezca en la Tierra”


Fuente: AESP

Enlace original aquí

Agresiva lluvia de meteoritos hizo habitable a la Tierra

Un nuevo estudio indica que estos cuerpos extraterrestres fueron fundamentales para las condiciones de habitabilidad de nuestro hogar cósmico. Comúnmente se piensa que los meteoritos son potencialmente mortales para la vida terrestre, pero un nuevo estudio aporta evidencias a que también son capaces de dar vida. Hasta ahora se piensa que en la Tierra primitiva, los meteoritos trajeron consigo agua y dióxido de carbono a medida que iban colisionando la superficie. El agua habría generado los océanos, así como el CO2 podría haber generado un efecto invernadero adecuado como para retener energía solar suficiente para que la Tierra se convirtiera en un lugar propicio para la vida. Se sabe que los meteoritos contienen efectivamente agua y dióxido de carbono, pero hasta ahora no se había podido calcular con gran exactitud cuáles eran los porcentajes de estos compuestos. En un estudio reciente de investigadores del Imperial College London, se aplicó un nuevo método para analizar meteoritos.

La metodología desarrollada se llama 'pirólisis FTIR', la cual utiliza electricidad para calentar súbitamente fragmentos de meteoritos a tasas de 20.000 K por segundo, tal como ocurre cuando estas rocas atraviesan la atmósfera e impactan a la Tierra. Durante el proceso de electrificación de los fragmentos de meteoritos, los científicos midieron los gases emanados, resultando que las rocas sorprendentemente liberan más del 12% de su masa total como vapor de agua, y un 6% como dióxido de carbono.

Estos porcentajes se calcularon en base al análisis de 15 fragmentos, y ayudan a concluir que si hubo una gran lluvia de estos meteoritos en el pasado, es la que debió haber hecho a la Tierra más habitable. Richard Court, líder del grupo de investigación, indica que esta gran lluvia podría corresponder a la llamada Late Heavy Bombardment (LHB, Bombardeo Severo Tardío), la cual ha sido ampliamente documentada por geólogos y científicos afines y que debió haber ocurrido hace 4.000 millones de años atrás.

Court y sus colegas utilizaron modelos publicados para este LHB, y calcularon que aproximadamente 10.000 millones de toneladas de dióxido de carbono y agua habrían sido depositados en la Tierra, sobre el periodo de 20 millones de años en que duró dicho 'bombardeo'. Estas cantidades de ambos compuestos vitales serían las acertadas como para explicar las abundancias que hoy existen en la Tierra.

La investigación aporta por primera vez firme evidencia acerca del origen de la habitabilidad de nuestro planeta.


Escrito por José Ojeda, red astronomica de chile para Astronomia ESP

Fuente: AESP

Nueva investigación propone la búsqueda de exolunas habitables

La mayoría de los exoplanetas encontrados en la 'zona habitable' de sus sistemas, son gaseosos y por tanto no podrían soportar formas de vida tal como la conocemos. Pero, según una nueva investigación realizada por David Kipping del University College London, la detección de lunas en estos exoplanetas (tentativamente llamadas 'exolunas'), podría ser más fácil de lo esperado.

La importancia de este descubrimiento radica en que estos exoplanetas gaseosos podrían tener exolunas rocosas, las cuales sí podrían ser habitables. Actualmente la lista de exoplanetas contiene a más de 300 miembros, 30 de los cuales se encuentran en la 'zona habitable' de sus respectivos sistemas solares. Estas zonas corresponden a aquellas en que la vida podría darse en un determinado sistema solar, y corresponde a un anillo en torno a la estrella correspondiente. Si algún planeta se saliera de ese anillo habitable, el ambiente sería demasiado frío o muy caliente como para la existencia de agua íquida, y por tanto de vida.

Pero, la mayoría de estos 30 exoplanetas son del tipo gaseoso y por lo que no habitables. La existencia de lunas que orbiten a estos gaseosos es una posibilidad completamente inexplorada hasta ahora en la Astronomía.

Según Kipping, hasta ahora los astrónomos sólo han buscado cambios de posición de un planeta a medida que orbita su estrella. Esto hace difícil confirmar la existencia de una luna porque estas son tan débiles que en las imágenes no aparecerían.

El nuevo método propuesto consiste en la observación de pequeñas oscilaciones en el movimiento orbital de los exoplanetas, lo cual podría ayudar a deducir la existencia de otro cuerpo no avistado aún, que está orbitando al cuerpo planetario observado. Si un planeta tuviera una luna, el centro de masa del sistema planeta-luna no estaría en el centro del planeta, provocando estas oscilaciones mencionadas por Kipping, durante la órbita del cuerpo mayor.

Esto podría lograrse tomando datos orbitales con mayor resolución temporal y no sólo cambios de posición.

El científico demostró que esta técnica no es difícil de aplicar, y que adicionalmente puede predecir con sorprendente precisión la existencia de exolunas. Por ejemplo, podría detectar una exoluna de una masa terrestre, orbitando en torno a un planeta gaseoso de una masa neptuniana.

Con esta investigación se abre una nueva veta en la investigación de mundos extrasolares en Astronomía. Dentro de los próximos años de seguro aparecerán los primeros resultados del análisis de los datos que ya existen.
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Fuentes: AESP Redastro.cl y aquí

Estudio impone límites más estrictos a zonas habitables de estrellas

Hasta ahora no se había tomado en cuenta la gravitación de la estrella hospedante, en la compleja definición de "zona habitable". Cada vez que se encuentra un exoplaneta, los astrónomos inmediatamente se abocan a verificar si se encuentra en la 'zona habitable' de su estrella dado el gran interés público que suscita este tema. La versión actual de esta definición, solamente toma en cuenta los efectos de la radiación de las estrellas que hospedan a los planetas extrasolares. Hasta ahora, para la habitabilidad sólo basta que el exoplaneta sea rocoso y la radiación fuera la suficiente como para que el agua líquida pudiera existir. Pero, resulta que para estrellas pequeñas y enanas, los cálculos arrojan que los planetas habitables debieran estar a distancias bastante pequeñas de estas, algo así como 1/5 de la distancia que hay entre el Sol y la Tierra.
El problema de esto es que si bien la radiación a esas distancias es la suficiente como para mantener agua líquida, la fuerza gravitacional de la estrella podría jugar en contra de la habitabilidad.
Esto ha sido confirmado fehacientemente por un nuevo estudio, el cual indica que las fuerzas de marea gravitacional - debidas a las respectivas estrellas hospedantes - no pueden ser despreciadas en esos casos de cercanía. Esto es debido a que la dinámica de las placas tectónicas de aquellos exoplanetas hipotéticos sería tan activa bajo esas condiciones de gravedad, que se provocaría un vulcanismo severo que borraría la vida de estos. En efecto, la Geología confirma que la fuerza de gravedad a la que están sometidos los planetas rocosos, es un factor determinante para el comportamiento tectónico de estos.

Es de amplio conocimiento que la Tierra posee también volcanes y movimiento de placas tectónicas, pero esta actividad es lo bastante baja como para que la vida alcance a desarrollarse de manera sustentable y prosperar. En exoplanetas que orbitaran en las 'zonas habitables' - es decir, muy cerca - de enanas rojas o estrellas muy pequeñas, esta sustentabilidad no sería posible. Cualquier indicio del comienzo de vida sería borrado bajo esas candentes condiciones volcánicas.

Sin embargo, la dinámica tectónica es necesaria (en su justa medida), debido a que libera grandes cantidades de carbono gaseoso, el cual ayuda a generar efectos invernaderos que estabilizan los climas y confinan energía suficiente en las superficies de los exoplanetas, lo cual incidiría positivamente en sus condiciones de habitabilidad.

Rory Barnes, de la University of Washington y líder de la investigación, indica que el impacto de su estudio será la drástica reducción del número de planetas extrasolares 'habitables' encontrados hasta ahora.

En efecto, una consecuencia inmediata de esta interesante indagación de Barnes es que el famoso exoplaneta Gliese 581d, el cual fue descubierto en el año 2007 y declarado como 'habitable', en realidad no lo sería debido a que se encuentra muy alejado de su estrella Gliese 581 como para tener dinámica tectónica. Si bien hay posibilidades de que contenga agua líquida, no tendría una atmósfera que le permitiera hospedar vida.

Escrito por José Ojeda. Red Astronómica de Chile para AESP

Fuente: AESP

Dulce posibilidad para la vida extraterrestre

Científicos informan haber localizado en una zona relativamente hospitalaria de nuestra galaxia una molécula orgánica de azúcar que está directamente relacionada con el origen de la vida. El gliceraldehído es una molécula de azúcar simple (monosacárido) con enlaces significativos con el origen de la vida, ya que puede reaccionar para formar ribosa, un constituyen clave del ARN (ácido ribonucleico).

“Es un descubrimiento importante porque es la primera vez que el gliceraldehído, un azúcar básica, ha sido detectado en la dirección de una región de formación estelar, donde es posible que existan planetas que, potencialmente, podrían albergar vida”, dijo la Dra. Serena Viti, del University College de Londres y una de los autores del artículo.

El hallazgo podría representar un paso positivo en la búsqueda de vida extraterrestre, ya que una amplia difusión de la molécula mejora las posibilidades de que existan junto a ella otras moléculas vitales para la vida en regiones donde podrían existir planetas tipo Tierra.

El gliceraldehído fue descubierto por primera vez en el centro galáctico en el año 2000. Sin embargo, las condiciones extremas allí existentes hicieron que los científicos no estuvieran seguros de que la molécula se pudiera formar en el resto de la galaxia.

A los efectos de encontrar una respuesta más definitiva, María Teresa Beltrán de la universidad de Barcelona y algunos colegas apuntaron el conjunto de radiotelescopios de Plateau de Bure en dirección de una gran región de formación estelar llamado G31.41+031, localizado a una distancia de unos 26 000 años-luz.

La región, conocida como un núcleo molecular caliente, está densamente poblada por estrellas recién formadas. El equipo descubrió varias firmas de radio y de microondas de la presencia de gliceraldehído dentro de la radioemisión proveniente del núcleo.

Cuando se compararon estas firmas espectrales con un modelo computacional de cómo las moléculas se forman en diminutos granos de polvo, los datos sugirieron que el gliceraldehído tiene unos pocos miles de años de edad.

Claudio Codella, del Instituto de Radioastronomía en Florencia, Italia, y co-autor del artículo, dijo que la importancia del descubrimiento radica en el hecho de que el gliceraldehído ha sido detectado en una región donde se espera que haya planetas orbitando las nuevas estrellas, y esos planetas podrían ser una cuna para la vida.

“El descubrimiento de una molécula orgánica de azúcar en una región de formación estelar es algo muy emocionante y proporcionará una información increíblemente útil para nuestra búsqueda de vida extraterrestre”, dijo el profesor Keith Mason, Jefe Ejecutivo del Consejo de Instalaciones Científicas y Tecnológicas.

Se necesitará más investigación para buscar moléculas complejas que hasta ahora han sido observadas únicamente en el centro galáctico.

“La búsqueda de moléculas prebióticas en regiones de formación estelar está todavía en sus etapas iniciales, pero ahora la puerta ha quedado abierta”, dice el co-autor Roberto Neri, un astrónomo del Instituto de Radioastronomía Milimétrica, hogar de la instalación Plateau de Bure. Y agrega: “Creo que aparecerán muchas más de estas moléculas en el futuro”.

El descubrimiento, financiado parcialmente por el Consejo de Instalaciones Científicas y Tecnológicas del Reino Unido, ha sido publicado en Astrophysical Journal Letters.

Fuentes:

Aesp

El atril del Orador

Artículo original: “Galactic Molecule Could Point To Signs Of Alien Life”
Fecha: Noviembre 25, 2008
Artículo original:
aquí

Cientos de 'Tierras' escondidas en la Vía Láctea

Un grupo de investigadores estadounidenses ha descubierto que los planetas rocosos, probablemente con condiciones adecuadas para la vida, podrían ser más comunes en nuestra galaxia de lo que se creía hasta ahora. Según un estudio de la Universidad de Arizona, entre el 20% y el 60% de los astros similares al Sol que hay en la Vía Láctea cuentan en sus órbitas con planetas muy parecidos a la Tierra. La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS por sus siglas en inglés) ha acogido en Boston la presentación de nuevos descubrimientos acerca de los planetas en virtud de datos obtenidos por telescopios como el Hubble... y el Spitzer, entre otros. Según los científicos, es probable que existan cientos de planetas rocosos con posibilidad de albergar vida en otras partes de la galaxia, fuera del sistema solar.

 El equipo de científicos dirigido por el astrónomo de la Universidad de Arizona Michael Meyer se ha servido del telescopio Spitzer de la NASA para observar grupos de estrellas con masas similares a la del Sol. En sus observaciones, los investigadores han detectado discos de polvo cósmico en torno a las estrellas en algunos de los grupos más jóvenes; se cree que el polvo es producto de grandes rocas que chocaron entre sí antes de formar planetas.

Según algunos astrónomos, es más que probable que existan numerosos planetas con tamaños similares a la Tierra que estarían helados. El investigador de la NASA Alan Stern, en su ponencia en la AAAS, ha señalado que únicamente se ha descubierto la punta del iceberg en materia de planetas dentro de nuestro sistema solar. Sólo en el cinturón de Kuiper, ha subrayado, se han localizado planetas que podrían tener el tamaño de Plutón.

También ha reconocido que explorar el espacio en busca de nuevos planetas con vida es “como buscar una aguja en un pajar”. “Es como si quisiésemos explorar Norteamérica y estuviésemos en la costa este y sólo supiésemos de la existencia de los primeros 100 kilómetros”, ha explicado.

La misión Kepler de la NASA, prevista para el próximo año, ayudará a los científicos a hallar más pistas acerca de estos mundos distantes todavía sin descubrir.

Fuentes:
elmundo.es
Noticia obtenida de: Astroguía
recopilada por: Aesp

Se descubre agua y CO2 en un planeta fuera del Sistema Solar

En los últimos años, el descubrimiento de metano y las sospechas de la existencia de vapor de agua han mantenido en el punto de mira a un planeta fuera de nuestro Sistema Solar conocido como HD189733b. Ahora, la NASA y un estudio de Nature confirman, respectivamente, la presencia de dióxido de carbono y agua en su atmósfera, todos ellos compuestos químicos que hacen soñar con la vida extraterrestre.

HD189733b, que se encuentra a 63 años luz de la Tierra, es un Júpiter caliente relativamente fácil de estudiar para los astrónomos. Está tan cerca de su estrella que le da nombre, HD 189733, que tarda sólo 2,2 días en girar en torno a ella.

Este exoplaneta tiene dos características interesantes. Es el exploneta de tránsito más luminoso de entre los que se conocen, lo que facilita el estudio por espectros a los astrónomos, quienes comparan las emisiones de luz del exoplaneta cuando pasa delante y detrás de su Sol. Estas diferencias permiten deducir la composición atmosférica del planeta, pues cada molécula tiene una forma distinta de emitir la luz.

La segunda característica concierne a las expectativas de la Humanidad: HD189733b tiene unos 1.200 grados Kelvin (más de 900 grados Celsius), una temperatura que, pese a las esperanzas, es incompatible con la vida. «Está claro que el dióxido de carbono no tiene nada que ver con la vida en esa atmósfera», explica Javier Armentia, astrónomo y director del Planetario de Pamplona. «También hay mucho CO2 en Marte, y en Venus, y que sepamos, allí no hay vida», añade.

Representación artística del planeta HD189733b. Imagen facilitada por el ESO European Organisation

No obstante, el descubrimiento de CO2 y vapor de agua en este exoplaneta es la culminación de una serie de resultados que se están extrayendo de HD189733b, «un planeta que está dando mucho juego», en palabras de Armentia. Así lo confirma el estudio publicado hoy en 'Nature', que viene a aportar nuevos datos sobre este planeta.
Un método eficaz para buscar vida

Según la investigación de Carl Grillmair, del Spitzer Science Center (EEUU), y colegas, efectivamente hay vapor de agua en HD189733b, pero además éste es más abundante en su cara diurna, la que mira a su Sol.

Como la Luna, este exoplaneta muestra siempre la misma cara a su estrella. La esperanza es lo último que se pierde, y se había barajado incluso la idea de que, en su cara oscura, la temperatura de HD189733b pudiese ser apta para la vida. Algo que se descartó con la sospecha de vientos muy rápidos en el planeta. «La atmósfera de ese planeta está girando muy rápidamente. Eso quiere decir que probablemente tenga enormes ciclones tropicales», continúa Armentia. «Es imposible pensar que la parte oscura sea fría».

El estudio de 'Nature' viene, precisamente, a dar soporte a esta idea. «Si hay más presencia de vapor de agua en la zona diurna del planeta, significa que la composición de la atmósfera cambia según gira. Debe haber una circulación con vientos importantes», puntualiza el astrónomo.

El estudio se basó en las imágenes recogidas por dos telescopios espaciales de la NASA, el Hubble y el Spitzer. Los científicos midieron la luminosidad tanto del planeta como de su estrella durante una sucesión de eclipses secundarios restando al espectro tomado antes y después del eclipse el espectro obtenido durante el evento.

Un comentario publicado en la misma revista 'Nature' por el astrofísico Drake Deming extrapola las posibilidades de este método mediante eclipses para poder hallar vida en otros planetas más candidatos. En la búsqueda de vida extraterrestre, escribe Deming, «el vapor atmosférico no es un biomarcador. Sin embargo, tenemos que aprender primero a detectar estas moléculas abundantes antes de poder identificar señales más sutiles de moléculas más escasas como el oxígeno molecular. Grillmair y sus colegas han dado ese primer paso».

Por su parte, Mark Swain, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, asegura que «el futuro de esta nueva frontera de la ciencia es extremadamente prometedor porque esperamos descubrir muchas más moléculas en las atmósferas de otros exoplanetas».

Fuentes:

Aesp

astroguia

redastro

Descubren el planeta extrasolar más pequeño, algo mayor que la Tierra

Un grupo de astrónomos de varios centros de investigación ha descubierto, por medio del satélite CoRoT, lo que denominan una "SuperTierra", y que es un planeta fuera del sistema solar que es algo mayor que la Tierra y que es el exoplaneta más pequeño detectado hasta la fecha. Así lo informó hoy el Instituto de Astrofísica de Canarias en un comunicado en el que señala que la temperatura de este planeta es tan elevada, entre 1.000 y 1.500 grados centígrados, que probablemente su superficie sea rocosa o esté cubierta de lava.

Este nuevo planeta, que tiene un diámetro aproximadamente el doble que el de la Tierra, recibe el nombre de CoRoT-Exo-7b, y está tan cerca de su estrella principal que su temperatura es muy elevada. La detección se produjo por medio del método de tránsito, es decir, mediante el ligero oscurecimiento del brillo de la estrella cuando el planeta pasa regularmente delante de ella, cada 20 horas terrestres, se explica en el comunicado del IAC.

La mayoría de los más de 330 planetas descubiertos hasta ahora son gigantes compuestos sobre todo de gas, como Júpiter y Neptuno, y en el caso de CoRoT-Exo-7b su densidad aún no ha sido determinada, aunque podría tratarse de un objeto rocoso, como la Tierra.

Podría estar cubierto de lava

También podría estar cubierto de lava líquida o tratarse de una mezcla de ambos tipos. Identificar la naturaleza de este planeta requerirá muchas investigaciones futuras, y es posible que deba considerarse este descubrimiento como el comienzo de la astronomía exoterrestre, indica en el comunicado Hans Deeg, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y miembro del equipo del descubrimiento.

Daniel Rouan, investigador del Observatorio de París, comenta que encontrar este pequeño planeta no fue una completa sorpresa, ya que, agrega, Corot-Exo-7b pertenece a una clase de objetos cuya existencia se había predicho desde hace algún tiempo.

La mayoría de los métodos utilizados hasta ahora son sensibles a la masa del planeta, mientras que CoRoT es sensible a su tamaño, lo que es una ventaja, explican Roi Alonso y Magali Deleuil, investigadores del Laboratorio de Astrofísica de Marsella.

Otra de las ventajas de CoRoT es el hecho de estar en el espacio, donde las perturbaciones son mucho más pequeñas y los períodos de observación son mucho más largos que en tierra, añade Hans Deeg. Este descubrimiento se complementó con las observaciones realizadas a través de una extensa red de telescopios europeos terrestres gestionados por varias instituciones y países.

En el Observatorio del Teide (Tenerife), el telescopio IAC 80 fue el primero que reobservó CoRoT-Exo-7b después de la detección de CoRot.

También se realizaron nuevas observaciones con el nuevo instrumento FASTCAM -una cámara de muy alta resolución- en el Telescopio Carlos Sánchez (TCS) de 1.5 metros de diámetro y el Telescopio Óptico Nórdico (NOT) de 2,5 metros, que permitieron excluir otras fuentes que podían imitar la señal del planeta. Además de la contribución española, el descubrimiento se apoyó en las observaciones de otros telescopios en Paranal y La Silla (Chile) y el Telescopio de Mauna Kea (Canadá-Francia-Hawai).

El nombre del telescopio espacial CoRoT responde a las siglas de Convección, Rotación y Tránsitos).

Fuentes:

Aesp

El mundo

La Luna inspira un método para hallar planetas similares a la Tierra

La Luna inspira un método para hallar planetas similares a la Tierra
La luna durante un eclipse / Daniel López

Un eclipse de Luna les ha dado la idea. Un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha estudiado por primera vez el espectro de la Tierra reflejado en su satélite -algo parecido a la luz que desprende con el Sol como gran foco-, como medida de referencia para la búsqueda de la vida en otros planetas fuera del Sistema Solar. El estudio ha merecido su publicación en la revista Nature.
«Hasta ahora sólo había modelos que explicaban cómo era el espectro terrestre, nosotros hemos hecho la primera medida real a través de un eclipse lunar», afirma Enric Pallé, investigador del IAC. Los científicos aprovecharon que Sol, Tierra y Luna estuvieron alineados en este orden para comenzar su estudio desde el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma) y utilizando el Telescopio Óptico Nórdico y el William Herschel.
En el eclipse, la luz solar atraviesa la atmósfera terrestre y llega hasta la Luna. «Se podría decir que la Luna se ha usado como espejo en el que observar las características que permiten la vida en nuestro planeta», explican. Y es que esa luz registra la composición de la atmósfera de la Tierra y sus principales marcadores biológicos (oxígeno, dióxido de carbono, agua, metano, etc.), fundamentales para la vida. Sin el conjunto de ellos, no hay posibilidades. «Sabíamos que esos componentes estaban en la atmósfera, pero la sorpresa es que sus rasgos son mucho más fuertes de lo que esperábamos», señala Pallé. A su juicio, «esto facilita la búsqueda de vida en otros planetas mucho más de lo que creíamos anteriormente».
La Luna inspira un método para hallar planetas similares a la Tierra
Recreación artística de la luz del Sol atravesando la atmósfera de la Tierra / Gabriel Pérez Díaz
«Dentro de una década o dos, seremos capaces de encontrar planetas iguales a la Tierra -asegura el investigador- y esta técnica puede ser una gran ayuda». Los últimos veinte años han sido testigo del descubrimiento de cientos de planetas extrasolares y cada vez hay más misiones, tanto desde la Tierra como desde el Espacio, dedicadas a su búsqueda. Quizás uno de ellos, muy lejano, nos revele algún día una gran sorpresa.

Fuente:
ABC.es
JUDITH DE JORGE | MADRID

El pronóstico del tiempo para exoplaneta distante



Si bien los astrónomos no pueden obtener imágenes directas de planetas fuera del Sistema Solar, pueden deducir de la luz que llega de estos lejanos y pequeños objetos una buena aproximación de cómo se verían. Más allá de simples representaciones artísticas que se puedan diseñar, los científicos pueden hacer que estas correspondan a la realidad.

Esto es lo que precisamente ha hecho el científico Gregory Laughlin, de la Universidad de California, con datos entregados por el Telescopio Espacial Spitzer.

Este telescopio fue capaz de detectar el calor que emana el planeta HD 80606b, a través de sus 'ojos' infrarrojos, mientras el planeta extrasolar orbitaba a su estrella.

El exoplaneta está a 200 años luz de la Tierra, y posee una órbita de 111,4 días. En el punto más cercano de la órbita de HD 80606b, la distancia con su estrella es de sólo 0,03 unidades astronómicas, mientras que en su punto más alejado, posee una distancia un poco menor a 1 unidad astronómica (distancia Tierra-Sol). El cuerpo posee 4 masas jovianas (de Júpiter).


Dado su extremo acercamiento a su estrella, el exoplaneta sufre una explosión de brillo durante el encuentro, producida por un calentamiento de la atmósfera que provoca a su vez fuertes vientos con velocidades del orden de 5 kilómetros/segundo, que fluyen hacia el lado nocturno de HD 80606b. El tiempo de mínimo distanciamiento entre el planeta y su estrella dura aproximadamente 6 horas, que hace que pase de una temperatura de 525 ºC a 1225 ºC.

Estos resultados fueron obtenidos mediante simulaciones computacionales, basadas en los datos observacionales adquiridos por Spitzer. Las imágenes reconstruidas del planeta y su atmósfera, muestran que su lado más caliente posee una apariencia azul, mientras que su lado nocturno - afectado por los colosales vientos provenientes del lado caliente - posee un color rojizo.

Según Laughlin, la imagen conseguida por él y su equipo es la más realista que se haya conseguido para planetas extrasolares. Esto se debe al gran tiempo de observación del telescopio (más de 30 horas) y a las particulares características orbitales del objeto en estudio.

El estudio es importante debido a que es un novedoso aporte al modelamiento de las atmósferas de planetas extrasolares, y entrega las bases para reconstruir imágenes atmosféricas a partir de datos observacionales.



Fuentes:
Redastro.cl | UCSC

Hallan un ingrediente clave para la vida en un meteorito

Un fragmento del meteorito que cayó en el lago Tagish de Canadá. | NASA

Un fragmento del meteorito que cayó en el lago Tagish de Canadá. | NASA

El ácido fórmico, uno de los ingredientes que se consideran fundamentales en el 'caldo primordial' del que surgió la vida, se ha detectado en un meteorito que cayó en el lago Tagish de Canadá, en el año 2000.

Según ha anunciado un equipo de investigadores en la conferencia de la Unión Geofísica Americana, los análisis realizados en esta roca han desvelado niveles de esta molécula cuatro veces más altos que la mayor cantidad detectada hasta ahora en otros meteoritos. Además, los científicos están convencidos de que el ácido fórmico tiene un origen extraterrestre.

"Hemos tenido suerte de que el meteorito no fuera manipulado por personas, ya que si esto hubiera ocurrido se hubiera contaminado con compuestos orgánicos que todos tenemos en los dedos", ha explicado a la BBC Christopher Herd, de la Universidad de Alberta, uno de los autores principales de la investigación.

Las muestras del meteorito, que en total pesan 850 gramos, se encontraron en las aguas del lago Tagish, cuyas bajas temperaturas evitaron que el ácido fórmico se disipara. Los investigadores han sometido estos fragmentos de roca a una exhaustiva serie de análisis, y han descubierto cantidades de este compuesto orgánico que baten todos los récords en este campo de estudio.

Hasta ahora, los científicos habían centrado sus esfuerzos en la exploración del llamado meteorito de Murchison, que cayó en 1969 en la ciudad australiana del mismo nombre, y en el que se encontraron varios tipos de aminoácidos.

"Lo interesante es que estamos descubriendo mucha variedad en los tipos de compuestos que contienen los meteoritos. No nos habíamos dado cuenta de esto al centrarnos en el metorito de Murchison, pero ahora este nuevo hallazgo nos ofrece una nueva perspectiva", asegura Mark Sephton, del Imperial College de Londres.

La composición química del ácido fórmico detectado en el meteorito del lago Tagish demuestra que probablemente se formó en las regiones más frías del espacio, antes de que existiera el Sistema Solar.

En la Tierra, el ácido fórmico se encuentra en los aguijones de algunos insectos, como las hormigas, pero los expertos creen que fue un ingrediente importante en las reacciones bioquímicas que desencadenaron el surgimiento de la vida en la Tierra.

Algunos científicos consideran posible que los ingredientes fundamentales de la vida pudieron llegar a nuestro planeta desde el espacio, traídas por meteoritos o cometas. Esta hipótesis, conocida como la teoría de la panspermia, es muy controvertida, aunque ha tenido algunos defensores ilustres, como el codescubridor del ADN, Francis Crick.


Fuente:
elmundo.es | Madrid
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/26/ciencia/1243352591.html

Nueva imagen de la Nebulosa de la Hélice podría revelar existencia de restos planetarios

La Nebulosa de la Hélice es tal vez una de las más bellas que se hayan descubierto hasta ahora. Posee una forma altamente simétrica, y en óptico se puede observar una sutil variación de color desde su centro hasta su exterior, comenzando con un fantasmal azul, pasando luego por un color anaranjado y finalmente rojizo en los bordes. Esta nebulosa fue generada por el colapso de una estrella de una masa inferior a 8 veces la del Sol, y lo que se ve actualmente son las capas gaseosas exteriores de la exhausta gigante roja, cuyo núcleo colapsó a una enana blanca.
Esta nebulosa hasta ahora ha sido bastante estudiada, pero nunca en tanto detalle como para ver si tuvo formación planetaria y si existen restos de estos posibles cuerpos rocosos. Recientemente, un equipo de astrónomos ha logrado obtener imágenes con detalles sin precedentes de esta nebulosa, las cuales fueron obtenidas en infrarrojo gracias al Telescopio Subaru, ubicado en Hawaii.


Aquí se pueden apreciar extraños grumos con colas de hidrógeno que no ha sido destruido por la radiación UV de la explosión que generó a la nebulosa. La presencia de este elemento intacto, significaría que los grumos son rocosos (NAOJ).


Con estos datos, la Nebulosa de la Hélice ha pasado a ser la primera nebulosa planetaria en ser observada con tal detalle, que se pueden incluso apreciar pequeños grumos densos de materia, siendo arrastrados por la constante expansión de la capa de gas que rodea a su enana blanca.

Astrónomos del National Astronomical Observatory of Japan (NAOJ) y otras instituciones científicas han estudiado con estos nuevos datos la emisión de moléculas de hidrógeno en infrarrojo. Se tiene que estas moléculas son destruidas por la radiación ultravioleta de la explosión, pero los investigadores han encontrado que parte de estas han sobrevivido en ciertas zonas del gas en expansión, que se encuentran sombreadas por los grumos de material. Estas estructuras en que aún se puede encontrar el elemento, poseen formas similares a colas de cometas.

La explicación más evidente para que este hidrógeno sobreviviera justamente detrás de estos grumos, es que sean rocosos. De esta forma, todas las moléculas del elemento químico serían protegidas gracias a que el material rocoso actuaría como escudo frente a la emisión de rayos ultravioleta que proviene del centro de la explosión.

De las imágenes obtenidas, el equipo encabezado por Mikako Matsuura del NAOJ, ha encontrado más de 40.000 grumos de material rocoso en toda la nebulosa, y la masa total de estos trozos sería de 30.000 masas terrestres - o 1/10 de masa solar - y el origen de los mismos aún no se ha discutido.

Se especula que los restos podrían proceder de un sistema planetario que existía en torno a la fallecida estrella, el cual fue destrozado - pero afortunadamente no pulverizado - por la explosión que generó a la bella nebulosa que hoy en día vemos.

Para concluir si se tratan de restos planetarios, se necesitarán de más observaciones e investigación en torno a cómo se comportaría un sistema solar con componentes rocosas, frente a la brutal explosión que genera nebulosas planetarias.

Escrito por José Ojeda, red astronomica de chile para AESP (Astronomia-esp.com)

fuente:

AESP

http://www.astronomia-esp.com/index.php?option=com_content&view=article&id=736:nueva-imagen-de-la-nebulosa-de-la-helice-podria-revelar-existencia-de-restos-planetarios&catid=87:formacion-estelar&Itemi

18 julio, 2009

Exoplanetas ocultos

Según un estudio podríamos tener más exoplanetas entre los ya detectados porque dos o más de ellos aparecerían como uno solo con la técnica Doppler habitual.

De los aproximadamente 350 planetas extrasolares detectados hasta la fecha, más de 200 de ellos han sido detectados por la técnica de velocidad radial. Debido a que un planeta también tira gravitacionalmente su estrella, ésta oscila un poco y su movimiento puede ser detectado por Doppler analizando la luz de la estrella. El método de detección es indirecto y de momento no hay manera de ver estos planetas directamente.
Ahora, científicos de la Universidad de Arizona creen que por culpa de este sistema indirecto pueden haber pasado desapercibidos muchos planetas, quizás más de un centenar.
Los planetas de nuestro sistema solar tienen casi todos ellos órbitas poco excéntricas, es decir, casi circulares. Sin embargo, las órbitas de los planetas extrasolares descubiertos por Doppler son casi todas bastantes excéntricas. Si dos planetas tienen órbitas poco excéntricas su efecto combinado puede producir un efecto que bajo nuestro punto de vista aparezcan como un solo planeta con órbita excéntrica cuando lo detectamos por Doppler. Incluso más de dos planetas pueden tener un efecto combinado similar.
Timothy J. Rodigas y Philip M. Hinz han desarrollado una técnica para estimar cuántos de estos posible planetas ocultos hay en los sistemas observados.
Estos investigadores usaron los parámetros orbitales medidos de 227 exoplanetas para generar de manera aleatoria un “zoo” de 10.000 planetas virtuales, algunos con órbitas más bien circulares y otros con órbitas excéntricas. Luego calcularon el efecto que tendrían sobre sus estrellas y lo compararon con las medidas reales.
La mejor predicción que obtuvieron se correspondería con que un 45% de los sistemas solares estudiados tendrían al menos dos planetas en órbitas circulares que para nuestros instrumentos aparentarían ser uno solo con órbita muy elíptica. Esto sugiere que puede haber unos 100 planetas más de los ya conocidos.
Hasta ahora se creía que nuestro sistema solar con planetas en órbitas casi circulares era único y que lo normal eran las órbitas excéntricas, quizás fruto de la inestabilidad del sistema o el producto de grandes cataclismos. Pero según este resultado los planetas con órbitas muy excéntricas no estarían tan generalizados.
Otros expertos del campo están de acuerdo con el estudio (que aparecerá en Astrophysical Journal) y creen que el resultado es plausible.
El problema es cómo encontrar estos planetas ocultos. Según los análisis de estos investigadores los mejores candidatos a tener compañeros ocultos serían aquellos con una excentricidad entre 0,1 y 0,3.
Analizando estos sistemas de nuevo con la misma técnica podría revelar la existencia de estos planetas ocultos, pero no será fácil. Se necesitarán décadas de observación para discernir estos casos.
Naturalmente la otra opción sería la observación directa, que funcionaría mejor para planetas lejanos a su estrella, pero la tecnología necesaria todavía no ha sido desarrollada.
Podría haber aún más de planetas ahí afuera esperando para que los viéramos.

Noticia en New Scientist.
http://arxiv.org/abs/0907.0020v1

traducción en neofronteras.
http://neofronteras.com/?p=2774