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Este blog aborda los descubrimientos de planetas desde una perspectiva amena y sencilla, pero siempre precisa y contrastada, para una lectura agradable.

21 noviembre, 2009

Un exoplaneta de insólita meteorología

Publicado por Diana Lutz para The Washington University. (29/09/09)

Traducción: Yplanets. (04/11/09)

 

Estamos tan acostumbrados a la luz del Sol, la lluvia, la niebla o la nieve de nuestro querido planeta, que nos resulta casi imposible concebir la idea de una atmósfera diferente y otras formas de precipitación.

 

Para demostrarlo, el doctor Seuss (escritor del libro Bartholomew and the Oobleck – 1949) ideó una sustancia verde y pegajosa llamada Oobleck, que cayó del cielo y echó a perder el Reino de Didd, aunque ésta tuvo que ser invocada por magos y fue claramente cosa de magia.

"http://en.wikipedia.org/wiki/Bartholomew_and_the_Oobleck"

 

No sucede lo mismo en la atmósfera de COROT-7b, un exoplaneta descubierto en febrero de este año por COROT, un telescopio espacial puesto en marcha por las agencias espaciales francesa (CNES) y europea (ESA).

 

De acuerdo con los modelos realizados por científicos de la Universidad de Washington en Saint Louis, la atmósfera de COROT-7b está compuesta por los mismos ingredientes que conforman las rocas y, cuando se forma un frente, se condensan guijarros en el aire que luego caen en forma de lluvia sobre lagos de lava fundida.

 

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Esta investigación, realizada por Laura Schaefer, asistente de investigación del Laboratorio de Química Planetaria, y Bruce Fegley Jr., profesor de ciencias planetarias y terrestres en la academia de Artes y Ciencias, apareció el 1º de octubre en la revista científica The Astrophysical Journal.

 

Los astrónomos han encontrado cerca de 400 planetas extra-solares, o "exoplanetas", en los últimos veinte años. Pero, debido a las limitaciones de las técnicas indirectas con las que han sido descubiertos, la mayoría son Júpiters calientes, rechonchos gigantes de gas orbitando muy cerca de sus estrellas madres. COROT-7b, por otra parte, tiene menos del doble del tamaño de la Tierra y sólo cinco veces su masa. Este fue el primer planeta descubierto orbitando la estrella COROT-7, una enana naranja (tipo K) perteneciente a la constelación del Unicornio (Monoceros).

 

Sólido como una roca

 

En agosto de 2009, un consorcio de observatorios europeos liderado por suizos, reportó el descubrimiento de COROT-7c, un segundo planeta orbitando a COROT-7. Valiéndose de la información de ambos planetas, pudieron calcular que COROT-7b posee una densidad media cercana a la terrestre. “Esto significa que es, casi con toda seguridad, un planeta rocoso constituido por silicatos como los que hay en la corteza de la Tierra”, afirmó Fegley.

 

Nadie podría decir que es como la Tierra, ni mucho menos que sea hospitalario para con la vida... El planeta y su estrella están separados tan sólo por 1.6 millones de millas (unos 2.6 millones de kilómetros), eso es 23 veces menos la distancia existente entre el medio tostado Mercurio y nuestro Sol. Debido a que el planeta está tan cerca del astro, la gravedad hace que éste muestre siempre la misma cara a la estrella, tal como la Luna lo hace con nosotros. De este modo, la cara diurna adquiere una temperatura superior a los 2300 grados Cº. Una temperatura infernal, tan caliente como para vaporizar rocas. Por el contrario, la cara nocturna de COROT-7b es extremadamente fría con sus -223 Cº. La temperatura global de la superficie terrestre es, en contraste, de sólo 15 grados Cº.

 

Quizás porque ya se hayan disipado, la atmósfera de COROT-7b carece de los elementos volátiles que componen nuestra atmósfera, tales como el agua, el nitrógeno o el dióxido de carbono. "La única atmósfera que aquel objeto posee es la producida por el vapor del derretido y caliente silicato que emana de algún lago u océano de lava", dice Fegley.

 

¿Pero, como podría ser el aspecto de esa atmósfera? Para encontrar respuesta a esta incógnita, Schaefer y Fegley usaron cálculos de equilibrio termo-químico. Dichos cálculos (que revelan que la "condensación" o ensamblaje de los minerales es estable bajo diferentes condiciones) fueron llevados a cabo por MAGMA, un programa informático desarrollado por Fegley.

 

Schaefer y Fegley modificaron el programa de MAGMA en el 2004 para estudiar el vulcanismo en Io, una luna de Júpiter con gran actividad geológica. Esta misma versión fue la utilizada para el estudio de COROT-7b.

 

Lluvia de rocas

 

Como los científicos no sabían la composición exacta del planeta, decidieron hacer funcionar el programa con cuatro diferentes composiciones iniciales. "Obtuvimos esencialmente el mismo resultado en los cuatro casos", mencionó Fegley.

 

"Sodio, potasio, monóxido de silicio y oxígeno (tanto molecular como atómico) conforman casi toda su atmósfera". Pero también hay pequeñas cantidades de otros elementos que suelen encontrarse en rocas de silicatos, como el magnesio, el aluminio, el calcio y el hierro. Pero... ¿Por qué hay oxígeno en un planeta muerto, cuando éste no apareció en la Tierra hasta que surgieron las plantas, hace 2.400 millones de años?

 

"El oxígeno es el elemento más abundante en las rocas, así que cuando te pones a vaporizarlas, al final terminas produciendo grandes cantidades de oxígeno", dice Fegley.

 

Esta atmósfera tan peculiar posee su propio y singular clima. "Cuanto más alto subes, más fría se vuelve la atmósfera y, eventualmente, termina saturándose con diferentes tipos de 'rocas', tal como se satura el agua en la atmósfera de la Tierra. Pero en lugar de nubes de agua formándose y descargando lluvia, tenemos una 'nube de rocas' formándose y descargando diferentes tipos de pequeños guijarros".

 

Lo que resulta aún más extraño es que el tipo de roca condensada varía en función de la altitud. De esta forma, la atmósfera actúa como una “columna de fraccionamiento” (esas características y largas torres que hacen reconocibles a las plantas petroquímicas en la lejanía). En ellas, el petróleo se hace hervir para que sus componentes se distribuyan en diferentes bandejas (los más pesados en el fondo y los livianos (volátiles) en lo alto de la torre). Pero en la atmósfera del exoplaneta, en vez de condensarse hidrocarburos como el asfalto, el queroseno o la gasolina, se condensan minerales (tales como enstatita, corindón, espinela y wollastonita).

 

El sodio y el potasio elementales, que tienen puntos de ebullición muy bajos en comparación con el resto de los componentes de las rocas, no se precipitan si no que permanecen en la atmósfera, donde podrían formar nubes a gran altitud que después serían barridas por el viento estelar de COROT-7. Esas grandes nubes deberían ser detectables por los telescopios terrestres. El sodio, por ejemplo, debería mostrarse en la parte naranja del espectro, como un gigante pero apenas perceptible farol de vapor de sodio.

 

Algunos observadores han detectado recientemente sodio en la atmósfera de otros dos exoplanetas.

 

Puede que la atmósfera de COROT-7b no sea respirable, pero es sumamente entretenida.

 

Fuente y créditos de la noticia: http://news-info.wustl.edu/news/page/normal/14753.html

Washington University, St. Louis

 

Traducción: Yplanets, con la colaboración de Giordano Bruno.

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